Raúl Abad, Responsable de LapidasPersonalizadas

¿Qué es la escultura? Pregunta clave para entender las dimensiones artísticas de un escultor que pone al descubierto sus más íntimas sensibilidades. Raúl Abad tiene impreso en su memoria el arte de modelar, tallar y esculpir con el material escogido, representando en bulto figuras de personas, animales u otros objetos de la naturaleza, sin obviar cualquier asunto o composición que conciba su ingenio. Este joven escultor valenciano se ha especializado en el tallaje de mármol, y en la actualidad, junto a su padre, se dedica, casi en cuerpo y alma, a la realización de piezas y obras bajo encargo, retratos en mármol y bronce,esculturas de Arte Sacro para iglesias, figuras de interior y exterior y, en general, a todo lo que su imaginación pueda poner de manifiesto. Convierte en realidad sus sueños más recónditos. Tiene el placer de generar ideas y elaborar bocetos con la única ayuda de un lápiz que recorra una hoja, dejando rastro para convertirse en el más grande de los hechiceros.

La arcilla fue su primera experiencia con la escultura, su primer acercamiento al sentimiento interior de un niño que entonces tan sólo tenía 12 años, pero que ya sabía bien reconocer cuáles eran sus inquietudes. Perfiló la imagen de un niño de dos años con un chupete en la boca, copia de Mariano Benlliure. Desde entonces son más de 2.000 piezas las que han pasado entre sus manos, y que luego han dado forma a las decenas de exposiciones, entre las que se encuentran una escultura de dos metros del Moisés de Miguel Angel, o la de las mismas dimensiones de la Venus de Milo, ambas expuestas en la Escuela de Negocios del CEU San Pablo. Hasta Madrid, Valencia, Marbella, Palencia, Salamanca, Sevilla, Benidorm, Francia y Portugal ha llegado la obra de Abad. Todo un recorrido cultural que acerca la obra de este escultor a los amantes del arte natural, donde se refleja un profundo amor hacia los espacios y las formas, la volumetría y el diseño. Contemplar el trabajo de este valenciano es quedar subyugado a su encanto, atrapado en su propia magia como punto de partida. Después, viene la línea que trasciende en el ángulo, en el prisma, en la letra.

Aunque la formación de Raúl Abad es académica, él se considera asimismo un autodidacta emprendedor, "donde lo más importante es trabajar al máximo y descubrir inquietudes nuevas, buscando el equilibrio para expresar mejor el sentimiento". Reconoce haberse apoyado en gente sencilla, amigos y maestros, que sin ser conocidos han sabido darle la palabra oportuna en el momento conveniente, el abrazo agradecido o la crítica objetiva.

Lorenzo Bernini, Rodin, Leonardo da Vinci, Miguel Angel, Dalí, Murillo, Velásquez, Zurbarán y El Greco, son sólo algunos de los grandes artistas de la historia que inundan el alma de este poeta del hormigón, donde tanto la mole como el poema tuvieron su despertar en una única línea.